El contexto tras el vídeo en el que un trabajador denuncia las condiciones de la hamburguesería en Gijón.
Un ex-trabajador de Tommy Mel’s, una franquicia de hamburgueserías con ambientación americana de los años 50 sita en la calle Felipe Menéndez, acudió a nuestro sindicato a contarnos su caso. El dueño le despidió por negarse a trabajar horas extras, práctica habitual en la empresa, tras haber hecho ya varias y nunca haberlas cobrado. Nos contó que su jefe, Alberto -un empresaurio de pro en la vecina León-, también se había negado a pagarle el despido. Es difícil sorprender en un sindicato mientras cuentas tu situación laboral -pues somos doblemente conscientes de la explotación: la sufrimos como trabajadores y la estudiamos y combatimos como sindicalistas.
En la CNT somos conscientes de la correlación de fuerzas y de las herramientas que dispone cada trabajador en cada caso, y nuestro Servicio Jurídico inició las acciones legales pertinentes ante los hechos. Pero somos aún más conscientes de que la herramienta definitiva no es otra que tejer las redes de solidaridad entre los trabajadores, y que para ello es necesaria la llamada al apoyo mútuo. Por eso, por nuestra forma de entender el mundo, el trabajo y las relaciones, hemos acompañado a la miope vía judicial con una campaña de información y concienciación, sobre la explotación sufrida por nuestro compañero, todas las demás y los modos de hacer que todas desaparezcan.
El martes 15 de Septiembre, el día previo a la Conciliación que marcan los procedimientos legales, acudimos al local para informar al resto de ciudadanos de la situación que se vivía en aquel local milimétricamente diseñado y para recordarle a su antiguo jefe que nuestro compañero ni estaba solo, ni estaba desinformado. Que conocía sus derechos y que contaba junto a quién defenderlos. La respuesta de los paseantes fue estupenda, y la repercusión en internet de un vídeo grabado por uno de ellos, espectacular. Pocos sentimientos encontramos tan gratificantes cómo encontrar una mirada cómplice, una voz que te da fuerzas o una mano que se tiende.
[youtube]https://www.youtube.com/watch?v=Pnd1pAYEXqA[/youtube]
Al día siguiente, Alberto decidió no presentarse a la Conciliación –¿para qué? -debió pensar- si le tengo que pagar, le pagaré antes del juicio, y hasta entonces, me quedo su dinero– como, por experiencia, ya nos temíamos. El sábado 19 volvimos a recordarle a Gijón que apoyándonos cotidianamente, nuestra vida será mejor, a los trabajadores de Tommy Mel’s que pueden contar con nosotros y a las personas como Alberto que no puedes engañar todo el tiempo a todo el mundo. Que más temprano que tarde, darás con alguien que te plantará cara, y que incluso pensando en términos de rentabilidad, sale más a cuenta ser honrado. Apelamos entristecidos al argumento económico porque damos por comprobado que la ética ni está, ni se la espera. Esta vez, varios grupos de personas cambiaron sus planes tras enterarse de los métodos de la empresa, y hasta algún ex-trabajador acudió a mostrarnos su apoyo y a contarnos, una vez más, otra historia de miseria moral con Alberto como protagonista.
Al informarnos sobre Tommy Mel’s hemos encontrado otro aspecto que nos ha llamado poderosamente la atención, y es el de los uniformes femeninos. Están diseñados a gusto de quién no lo lleva puesto y para incomodidad de ésta. Trabajar en un restaurante implica tener que hacer movimientos para los que claramente ese vestido no está preparado. En la CNT pensamos que la ropa en el trabajo debe proteger a la trabajadora y facilitar su tarea y no atraer clientes qué compran una mirada extra con su refresco y patatas.
Esta es una política general de la empresa, y no se podrá cambiar solamente desde Gijón. Necesitamos que en todas partes se haga visible esta situación para que la marca acceda a vender sólamente alimento, pero también para que sea tan exigente con el cumplimiento de la legislación laboral cómo lo es con todos y cada uno del resto de aspectos de su restaurante. Resultará que son capaces de contar el número de patatas que se sirven con cada ración pero no tienen tiempo para comprobar las condiciones de los trabajadores de su cadena.
A por ell@s, compas!
Hola, camaradas:
Soy el autor del vídeo. Gracias por subirlo y darle repercusión. Yo, por mi parte, también intento viralizarlo y darle toda la caña posible a esta gentuza que no se corta un pelo en el tráfico de carne humana. Me parece increíble que en una gran cadena como esta pueda no existir representación sindical (supongo que estará atomizada en cientos de pequeñas franquicias independientes). El sector de la hostelería, si se uniese un poquito, sería uno de los más potentes del país, pero ya conocéis la situación: desunión y explotación, explotación y más explotación. En fin, a seguir dando caña para que algún día esto cambie.
Adelante!