Extraido de: Solidaridad Obrera

Secretario de Acción Criminal

El 27 de noviembre de 1978 se fundó el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) en una aldea de la región de Diyarbakir, Turquía. Su principal líder, Abdullah Öcalan, que había trabajado como funcionario público, posteriormente se matriculó en la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad de Ankara, donde estableció contacto con el movimiento estudiantil. Dentro de este movimiento comenzó a reclamarse la identidad kurda, defendiéndose una lucha de liberación nacional que tenía como objetivo final la autodeterminación del pueblo kurdo. Precisamente fue un grupo de jóvenes kurdos y turcos, liderado por Öcalan, el que creó el PKK. Este partido político se declaraba entonces marxista-leninista, y abrazaba el nacionalismo kurdo. Su principal base de afiliación se encontraba entre el campesinado, no entre el proletariado, apenas existente. Tras el golpe de Estado del ejército turco en 1980 sería declarado ilegal y muchos de sus miembros encarcelados por la junta militar. Ya en la clandestinidad, iniciaron el camino de la lucha armada. Öcalan era detenido a principios de 1999 en la embajada griega de Kenia por el Mossad Israelí y la CIA, y entregado al Servicio de Inteligencia Militar Turco (MIT). Condenado a cadena perpetua, acusado de pertenencia a organización terrorista, ha permanecido recluido hasta la actualidad en la isla-prisión turca de Imrali.

Durante los años noventa se había ido produciendo un viraje ideológico del PKK, que culminó en su VII Congreso Extraordinario, a partir del cual se elaboró el programa político del año 2000 “El deber de la transición democrática”. [1] A pesar de todo, no resulta demasiado creíble que de la noche a la mañana un partido jerarquizado típicamente estalinista abrazara el municipalismo libertario de Murray Bookchin. Fue en prisión donde Öcalan acabó definiendo la nueva ideología oficial del PKK, que tomó el nombre de Confederalismo Democrático. [2] En mayo de 2005 se fundó en Turquía la Confederación de los Pueblos del Kurdistán (KCK) para difundir -y poner en práctica- esta doctrina, organización dentro de la cual encontramos desde organizaciones civiles a partidos como el PKK o sus homólogos en otras regiones fuera de Turquía, como el Partido de la Unión Democrática (PYD). Sería, no obstante, en el norte de Siria, donde se pondría en práctica el Confederalismo Democrático. En julio de 2012, en el contexto de la guerra civil siria, se iniciaba allí el proceso conocido como “revolución de Rojava”. Se ha llegado a calificar este proceso de “revolución anarquista”, y teóricos como David Graeber han contribuido a tal confusión. [3] A lo largo de este artículo ayudaremos a aclarar algunas cuestiones y a desmentir este mito.

EL CONFEDERALISMO DEMOCRÁTICO COMO PROYECTO POLÍTICO SOCIALDEMÓCRATA

En su escrito Confederalismo Democrático (2005) Öcalan presentó un proyecto político conocido como Confederalismo Democrático. Se consideraba un paradigma alternativo al del Estado-nación característico de la modernidad capitalista, por estar este último basado en un entendimiento centralista y burocrático de la administración. El ejemplo perfecto de Estado-nación en Oriente Medio era el encarnado por la República de Turquía. El proyecto de Öcalan, de tintes presuntamente antiestatales, manifestaba que no pretendía fundar un nuevo Estado-nación. Al referirse al Confederalismo Democrático manifestaba lo siguiente: “Este tipo de administración puede ser llamada administración política no estatal o democracia sin Estado […] Los Estados están fundados en el poder, las democracias están basadas en el consenso colectivo […] Las democracias usan elecciones directas. El Estado usa la coerción como medio legítimo”. Por contra, su proyecto “es flexible, multi-cultural, anti-monopólico y orientado hacia el consenso. La ecología y el feminismo son pilares centrales”. [4] Desde luego la inspiración en el municipalismo libertario basado en la ecología social de Murray Bookchin o Janet Biehl parece clara, manteniendo que las decisiones se toman a nivel local o yacen en la comunidad. Incluso llegaba a hablar de “nación democrática y comunismo democrático”. [5]

Posteriormente se desvanecería cualquier rastro de ese supuesto “anarquismo” teórico cuando manifestaba en Guerra y Paz en el Kurdistán (2008), que “la abolición inmediata del Estado no es una opción viable”. [6] Pero va más allá, diciendo claramente que lo único que busca es una “democratización de la política”. No considera ya que la violencia -senda seguida por el PKK en décadas pasadas- sea una vía aceptable. “La estructura estatal clásica y su concepción despótica del poder son inaceptables”. En su nueva concepción del Estado dice concebir el poder simplemente como una autoridad social. Nos habla de comunidades locales autogestionadas, y también de la organización en consejos abiertos, municipales, parlamentos locales y congresos generales. Pero también nos habla de partidos políticos y de un sistema electoral. “Los partidos y el sistema electoral tienen que someterse a una reforma democrática”.[7] Claramente el proyecto de Öcalan parece no pasar del establecimiento de una democracia burguesa, pero tan siquiera independiente sino integrada en la República de Turquía. Nos habla de una política económica que no aspire solamente al beneficio, sino orientada también a una distribución justa de los recursos y que pueda satisfacer las necesidades de la sociedad; lejos de plantear transformaciones económicas revolucionarias.

En la obra de Öcalan todo queda presentado como una lucha entre comunidades étnicas o naciones, pero en ningún momento nos habla de clases sociales o lucha de clases. Proclama que no solamente que “considerar la historia como una lucha de clases resulta demasiado reduccionista” -rompiendo así con la concepción materialista de la historia- sino también que “la lógica de enfrentar clase contra clase supone una integración voluntaria en el sistema del nuevo poder (civilización)”. [8] Se desmarca tanto del marxismo como del anarquismo. Respecto a la “corriente marxista” dice que “subordina su método y todo el proceso de conocimiento al ‘reduccionismo económico’” y la califica de “izquierda del liberalismo respecto al método y la epistemología (teoría del conocimiento)”. [9] Respecto a las “corrientes anarquistas” indica que “no llegan a definir el sistema, ni la cuestión de cómo superarlo”. [10] El anarquismo queda presentado como “secta que se protege de los males del sistema”. El supuesto “período de transición” antes de abolir el Estado que plantea no es a través de una dictadura del proletariado sino mediante las herramientas propias de la democracia burguesa. En definitiva, lo que defiende Öcalan ya se inventó en el siglo XIX, y tiene un nombre: socialdemocracia. Y lo deja claro manifestando: “la línea filosófica, política e ideológica del renovado PKK encuentra su expresión más adecuada bajo el concepto de ‘socialismo democrático’”. [11]

EL MITO DE LA REVOLUCIÓN ANARQUISTA

En el verano de 2012, poco más de un año después del inicio de la guerra civil, se había creado un vacío político en el norte de Siria al retirarse las tropas de Al-Asad hacia otros frentes, cosa que fue aprovechada por el Partido de la Unión Democrática (PYD), y otras fuerzas políticas kurdas, para hacerse con el control de la zona, y establecer un régimen político basado en el Confederalismo Democrático. Tras la disolución del gobierno provisional conocido como Comité Supremo Kurdo a finales de 2013, el Movimiento para una Sociedad Democrática (TEV-DEM), que era una nueva una coalición de partidos políticos dominada por el PYD, asumió el gobierno efectivo. Los tres cantones en que estaba organizada Rojava entonces, Cizîrê, Kobanî y Efrîn, establecieron sus respectivos gobiernos cantonales, conocidos como administraciones autónomas democráticas (DSA). Las fuerzas armadas del PYD, las Unidades de Protección Popular (YPG) y las Unidades de Protección de Mujeres (YPJ), tuvieron un papel clave en los combates contra el Estado Islámico (Daesh), cuyo punto álgido ocurrió en enero de 2015 con la derrota de los fundamentalistas en la ciudad de Kobane. Asimismo se ha tenido que hacer frente a diversas operaciones militares de las fuerzas turcas en la zona, aunque también se han beneficiado del apoyo de las tropas estadounidenses, y del pacto de no agresión con el régimen de Al-Asad. [12]

La federación de cantones se formalizó en marzo de 2016 bajo el nombre de Federación Democrática del Norte de Siria (FDNS), pasando en septiembre de 2018, con la incorporación de nuevos cantones, a conocerse como Administración Autónoma del Norte y Este de Siria (AANES). Se ha llevado a la práctica el sistema político de consejos del programa del TEV-DEM. Las comunas son la unidad más básica de este sistema, pudiendo agrupar desde una decena a centenares de personas de aldeas o barrios, y mediante asamblea eligen una junta. En los ámbitos superiores tenemos consejos populares (con sus respectivas juntas); primero los consejos de distrito (representan decenas de comunas), posteriormente los consejos de ciudad (agrupan distritos) y, finalmente, los consejos de cantón (agrupan ciudades). Cada nivel envía delegaciones al siguiente, funcionando en principio mediante la democracia directa. La mayor parte del trabajo de las comunas y consejos (defensa, economía, justicia, etc) lo realizan comisiones. No obstante, nos encontramos ante una estructura de poder dual ya que frente al sistema de consejos tenemos la administración autónoma de cada cantón, con su consejo legislativo (Parlamento), consejo ejecutivo, y consejos municipales dependientes de éste. Se llevan a cabo elecciones parlamentarias, siguen existiendo partidos políticos (que están en comunas y consejos), y una policía centralizada conocida como Asayish. El proceso dista, pues, de ser una “revolución anarquista”. [13].

La Administración Autónoma del Norte y Este de Siria (AANES) ha planteado un modelo económico alternativo cuya base son las cooperativas, que junto a las comunas, se consideran el pilar de la administración democrática. Las cooperativas agrícolas son predominantes (hay cultivos de trigo, cebada, maíz, algodón y olivos); también hay cooperativas ganaderas, textiles, de servicios, etc. La industria es prácticamente inexistente, aunque se produce gas, fosfatos y, especialmente, petróleo. Encontramos pozos de petróleo y refinerías. Las cooperativas se dedican a satisfacer las necesidades de las poblaciones locales, no generando normalmente excedente alguno que les permita comercializar los productos o servicios, y no obteniendo, por tanto, beneficios. “Todo esto es un proceso lento, de abajo hacia arriba. En el futuro nos moveremos gradualmente hacia una economía cooperativa. Por supuesto, la guerra es una posibilidad que podrá destruir estos esfuerzos. Esperamos lograr una sociedad sin gente pobre o rica, sino con una vida igualitaria para todos”, expresa Walid, el portavoz de la Oficina de Economía de la AANES. [14] Las cooperativas comunales representan una parte marginal de la economía en Rojava; y el sector privado sigue existiendo, en la forma de pequeñas y medianas empresas. En las ciudades se pueden encontrar comerciantes y tenderos.

En definitiva, en Rojava el Estado no ha desaparecido, en tanto este aparato coercitivo está asociado a la existencia de clases sociales. Cuentan con su gobierno central, su ejército -el servicio militar es obligatorio- y su fuerza policial (el asayish). La estructura económica está totalmente atrasada, sin apenas desarrollo industrial. Esto quizás impida el surgimiento de una gran burguesía (industrial y financiera), pero esta clase social sigue existiendo, así como una abundante pequeña burguesía. Las relaciones sociales capitalistas, la propiedad privada, existen, e incluso relaciones sociales feudales; hay empresarios como también hay terratenientes. Persisten instituciones feudales como los senoríos, o las comunidades tribales, todo ello característico de economías agrarias de subsistencia. Un militante anarquista describía el proceso de Rojava de la siguiente manera: “Debemos considerar que el proceso en Rojava tiene características progresistas como un salto importante en dirección de la liberación de las mujeres, que han tratado de desarrollar una justicia secular, pro-social, una estructura democrática plural y que otros grupos étnicos y religiosos sean implicados en la administración. Mas, el hecho de que la estructura que recientemente emerge no busque la supresión de la propiedad privada, es decir, la abolición de las clases, que el sistema tribal permanezca y que los líderes tribales participen en la administración, muestra que el objetivo no es la supresión de las relaciones de producción feudales o capitalistas, sino más bien según sus propias palabras ‘la edificación de una nación democrática’”. [15].

CONCLUSIÓN

Difícilmente el llamado Confederalismo Democrático puede ser un proyecto político asumible por una organización sindicalista revolucionaria o anarcosindicalista. De hecho, la CNT ya tiene su propio “confederalismo”: el concepto confederal del comunismo libertario. No es necesario que nos vengan con supuestas novedades -que no son tales- en ese sentido. Tampoco el modelo económico planteado en Rojava -basado en cooperativas agrícolas- se adapta a las realidades propias de nuestras sociedades occidentales. Hay que aclarar además que el cooperativismo no es necesariamente transformador y mucho menos revolucionario. El hecho de que una región no haya alcanzado la fase capitalista del desarrollo industrial no significa que haya superado el capitalismo; significa simplemente que nos encontramos ante una economía de subsistencia, sin un desarrollo importante de la clase trabajadoa, y en la que incluso perviven relaciones de producción feudales. Contrariamente a lo que piensan aquellos que hacen hincapié en los cambios culturales, de simple “mentalidad”, o que no pasan del individuo, cualquier revolución que pueda ser calificada como tal precisa de un cambio en la estructura económica de la sociedad (infraestructura), la abolición de las clases sociales y la propiedad privada. [16] Y no es esto lo que encontramos actualmente en Rojava. Tenemos que solidarizarnos, por supuesto, con la causa kurda, pero eso no implica asimilar sus planteamientos ni adoptar su proyecto político, ni desde luego dejar de ser críticos con los mismos.

Para finalizar, quiero hacer una observación sobre organizaciones y grupos “pro-kurdos” que actúan en nuestro territorio. Siguen teniendo una cultura muy fuerte de partido, ya que parecen orbitar bajo la sombra del PKK, incluso aunque se presenten como “anarquistas”. Ni tan siquiera el culto a la personalidad de Öcalan pasa desapercibido y, no nos engañemos: va mucho más allá de la simple solidaridad con un preso político. La CNT no es ni será la correa de transmisión de ningún partido político, organización o grupo externo con pretensiones de actuar como comité central de otras organizaciones. Por no mencionar que en ciertos ambientes se rechaza a la clase trabajadora como sujeto revolucionario, poniendo únicamente a la mujer -ni tan siquiera a la mujer trabajadora, sino a la mujer en sentido interclasista- o a la juventud en su lugar. Hay que prevenir cualquier posible entrismo en este sentido, de grupos “pro-kurdos” o de cualquier otro tipo, ya que la nuestra es una organización dirigida precisamente a la clase trabajadora, y nuestro modelo ya está bastante claro. No vamos a seguir una determinada línea política, que encima nos resulta ajena, por muchas formaciones de adoctrinamiento que se quieran realizar, ni vamos a ser un peón dentro de una estrategia externa a nuestra organización. No tengo nada más que decir por el momento. Continuaremos en un próximo artículo.

CITAS

[1] Por ejemplo, en su Congreso de 1995 hicieron desaparecer símbolos como la hoz y el martillo de su bandera, además cambiaron la denominación secretario general por presidente general, y dejaron de hablar de Comité Central para hablar de Consejo General. Esto pone de manifiesto el abandono del marxismo-leninismo como ideología oficial del partido.

[2] Término seguramente concebido por oposición al Centralismo Democrático típicamente bolchevique.

[3] David Graeber puso el foco de atención en el conflicto kurdo, contribuyendo a la confusión, en artículos como: https://www.theguardian.com/commentisfree/2014/oct/08/why-world-ignoring-revolutionary-kurds-syria-isis. Otro análisis de la supuesta “revolución anarquista”: https://elordenmundial.com/rojava-la-revolucion-anarquista-de-oriente-proximo/

[4] Öcalan, A. (2012). Confederalismo Democrático. International Initiative Edition, p. 21.

[5] Ibid., p. 35.

[6] Öcalan, A. (2008). Guerra y Paz en el Kurdistán. International Initiative Edition, p. 31.

[7] Ibid., p. 42.

[8] Öcalan, A. (2009). Manifiesto por una Civilización Democrática. Los Orígenes de la Civilización (Tomo 1). Editorial Descontrol, p. 201.

[9] Ibid., pp. 117-118.

[10] Ibid, p. 118.

[11] Öcalan, A. (2008). Guerra y Paz en el Kurdistán. International Initiative Edition, p. 31.

[12] Hay bibliografía diversa sobre esta temática, como por ejemplo Arribas, G. (2018). Transformación ideológica de Abdullah Öcalan. El movimiento kurdo y la confederación democrática: https://rojavaazadimadrid.files.wordpress.com/2018/07/transformacic3b3n-ideolc3b3gica-de-abdullah-ocalan-el-movimiento-kurdo-y-la-confederacic3b3n-democrc3a1tica-difusion.pdf.

[13] Anderson, T.; Egret, E. (2016). Confederalismo Democrático en Kurdistán. Cooperative Economy: https://rojavaazadimadrid.org/confederalismo-democratico-en-kurdistan-examen-y-analisis-de-cooperative-economy/

[14] Dossier informativo – Cooperativas en el norte y este de Siria: desarrollo de una nueva economía (2020). Rojava Information Center: http://rojavaazadimadrid.org/wp-content/uploads/2020/11/Dossier-RIC-Cooperativas-NES-081120.pdf. Sobre las comunas tenemos otro artículo: https://rojavaazadimadrid.org/el-sistema-interno-de-comunas-de-rojava/

[15] Onar, Z. (2014). Rojava: Fantasies and Realities: https://usa.anarchistlibraries.net/library/zafer-onat-rojava-fantasies-and-realities

[16] Baher, Z. (2014). El experimento del Kurdistán oeste (Kurdistán sirio) ha probado que el pueblo puede hacer cambios. Editorial Descontrol.

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