El decreto impuesto por el gobierno de Mariano Rajoy el pasado mes de febrero, que ahora va a cumplir el trámite parlamentario para convertirse en ley, no es la primera modificación de la legislación laboral en España desde el final de la dictadura del ferrolano patas cortas. Nos tememos que tampoco será la última.

Desde que en octubre de 1977 se firmaran los Pactos de la Moncloa, van con esta la friolera de 17 reformas laborales en el “corto” periodo de 35 años. Para quienes tengan la curiosidad de consultarlas les damos las fechas: Octubre 1977, Diciembre 1979, Enero 1980, Junio 1981, Febrero 1983, Octubre 1984, Abil 1992, Junio 1994, Octubre 1996, Noviembre 1996, Abril 1997, Marzo 2001, Mayo 2002, Mayo 2006, Marzo 2009 y Febrero 2012.

Las “justificaciones” para estas reformas siempre han sido las mismas: incentivos para la contratación, consolidación del empleo, mejora de la competitividad, etc… Las consecuencias, también han sido siempre las mismas: facilitar el despido, abaratamiemto del mismo, contenciones o rebajas salariales, etc…

Y así, reforma tras reforma, nos encontramos con la cruda realidad: más de cinco millones de parados y una galopante precarización de las condiciones económicas, laborales y sociales de les Trabjadores en activo.

Los “actores” de las reformas, han sido tambien siempre los mismos: Gobierno de turno (ya sea de “izquierdas” o de “derechas”), Partidos del arco parlamentario (ya sean de “izquierdas” o de “derechas”) y Sindicatos “representativos”. Las víctimas, también siempre las mismas: el Proletariado como Clase. Unas veces la reforma ha sido impuesta, otras consensuada por todos, otras consensuada por parte… Pero, a la postre, siempre se han aplicado en detrimento de la Clase Trabajadora.

Que la “situación económica” del País es más que complicada no es ningún secreto. Pero si consultamos el “mapa de la corrupción en España” tal vez se nos abran los ojos respecto a los verdaderos responsables. Los datos son espeluznantes: en mayor o menor medida, todos los “actores” de las sucesivas reformas (Gobiernos, Partidos Políticos y Sindicatos “representativos”) y los grandes beneficiados por las mismas (Estado y Empresarios) están enmierdados hasta las trancas. Sin embargo, tal parece que hemos sido les Trabajadores quienes “nos lo hemos llevado” y ahora debemos arrimar el hombro para “levantar el País”. Pues bien, “que levanten el País quienes lo tiraron”.

Ahora, se nos llama a hacer Huelga General el próximo día 29 de marzo. Partidos políticos como el PSOE (que ha consentido y/o impuesto reformas anteriores) e Izquierda Unida (que, cuando sólo era Partido Comunista firmó, por ejemplo, los Pactos de la Moncloa y ,después, ha consentido muchas de las reformas) nos arengan para que secundemos la huelga. Es el suyo el más abyecto ejercicio de “hipocresía política”. Tratan de aprovechar las desgracias del Proletariado como arma arrojadiza contra el gobierno de turno. Pero allá donde gobiernan (Corvera es un ejemplo) ya se están frotando las manos a la espera de los “grandes beneficios” que les va a producir la aplicación de esta reforma (aumento de la jornada laboral, congelación o reducción de salarios, reducción de costes de mano de obra a través del “salario joven” o los “trabajos para la comunidad” de los parados, despidos de empleados públicos, etc…).

Por su parte, los Sindicatos “representativos” que, bien firmando bien consintiendo, han sido participes en reformas anteriores nos llaman a la Huelga. Pero no para parar la reforma sino para que “se abra una nueva mesa de negociación en la que consensuar los aspectos más ariscos de la misma”. Hasta donde nosotros sabemos, el caso de CC.OO. ronda ya el esperpento: Desde el decreto de febrero pasado, CC.OO. Ha despedido en todo el Estado a más de 500 de sus empleados (fundamentalmente en el área de formación en la que se benefician de lo que mensualmente nos detraen a les Trabajadores de nuestras nóminas para este capítulo) aprovechando las ventajas que esta última reforma concede a las empresas (aplicación de ERE´S, facilidad para el despido individual y/o colectivo, abaratamiento del mismo…). Es decir: “A dios rogando y con el mazo dando”. “Una nueva mesa de negociación”. ¿Para negociar el qué?. NO HAY NADA QUE NEGOCIAR.

A pesar de todo, la CNT también llama a la huelga el día 29 de marzo. Pero con una convocatoria propia y diferenciada de la del “Sindicalismo institucional”. Nosotros no queremos que se abrán nuevas mesas de negociación. Nuestra intención es la de rearmar al Proletariado como Clase, aumentar su nivel de conciencia y compromiso, condiciones imprescindibles para las luchas que se avecinan. Independientemente de lo que pase el día 29, la situación inmediata no va a cambiar. El Capital, las Patronales y el Estado van a continuar su ofensiva y no van a parar hasta conseguir el despido totalmente libre y gratuito y el aniquilamiento del Sindicalismo de Clase. El Proletariado no se puede permitir el lujo del fracaso de una convocatoria de huelga pues este sería la puntilla final a nuestra capacidad de movilización y lucha en la defensa de nuestros intereses de Clase.

De aquí en adelante no nos queda sino luchar. No basta con lamentarse, hay que enseñar los dientes. Pero, además, cuando la situación lo requiera, habrá que “empezar a morder”. De lo contrario, estaremos perdidos.

 


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