Este domingo perturbó nuestro descanso el estruendo de aviones sobrevolando la ciudad. Es el llamado festival aéreo de Gijón. No es un ruido cualquiera, es un ruido macabro. Siempre que lo oigo vienen a mi mente los horrores de la guerra. Guerra que, por suerte para la mayoría de nosotros, es un fenómeno que sólo ocurre en el telediario. Pero son precisamente las imágenes de televisión las que graban en mi mente la asociación de este ruido con los bombardeos sobre la gente. No haberlo vivido no me hace insensible al horror.
Se vive como un día de fiesta; se anuncia con carteles por las calles, por la radio, por la prensa: «venid a ver el espectáculo». Pero el mensaje implícito es otro. Sólo hay que echar un vistazo a la historia de este país para saber el papel que juega el ejército en España. Y no me refiero a Bosnia. Para los tontos que miran al dedo cuando apuntas a la luna, hay que recordarles que los ejércitos no están para repartir chocolatinas ataviados con un casco azul. Precisamente Bosnia es un buen ejemplo; sólo hay que rememorar el buen entendimiento que los oficiales españoles, los del casco azul, tenían con los criminales de guerra Serbios. No es extraño, unos y otros son militares: hablan un mismo idioma y TIENEN LOS MISMOS VALORES. No hay en la historia reciente un sólo caso en que el ejército español haya hecho una sola intervención defensiva del país frente a una amenaza exterior. En todos los casos en que el ejército ha tomado protagonismo ha sido para masacrar a los propios españoles.
El festival aéreo no es una fiesta, es una amenaza: Esto es lo que os espera si sacáis los pies del tiesto, un montón de «pajaritos» cagando bombas contra la población civil. Y sabemos dónde vivís: Gijón, Vigo, Málaga, Barcelona… todas las ciudades donde los criminales uniformados se entrenan haciendo piruetas con sus avioncitos. Pero lo peor es que no les faltará público. ¿Son conscientes los padres que llevan a sus hijos a ver este espectáculo, que si sus hijos ven alguna vez a estos aviones hacer su verdadero cometido será la última vez que vean algo?
Y aquí y en Lima. Los que pertenecemos a una clase y no a una patria tenemos a nuestros hermanos por todo el mundo, como a nuestros verdugos. No son nuestros enemigos los que vienen de otro país, si no los que visten de uniforme.